martes, 5 de febrero de 2019

Guy Debord




Guy Ernest Debord nació en París en 1931, hijo de un farmacéutico, Martial Debord,  y de Paulette Rossi. Cuando Guy era niño, falleció Martial, y Paulette lo envió a la villa propiedad de su madre en Italia. Durante la II Guerra Mundial los Rossi abandonaron la villa y comenzaron a viajar de ciudad en ciudad. Guy estudió en el Liceo de Cannes donde nació su interés por el cine y también por el vandalismo. Se trasladó a París para estudiar Derecho en la Universidad de la Sorbona, aunque no completó todos sus cursos. 

Cerca de la Universidad, en el nº 22 de la rue du Four, se encontraba el bar Chez Moineau,  donde un grupo vanguardista de artistas, escritores, vagabundos y ladronzuelos constituyeron, bajo la dirección dictatorial de Isidore Isou, la Internacional Letrista. Guy Debord se incorporó al Círculo Letrista a los 19 años de  edad.

En abril de 1951 asiste al Festival de Cannes donde se proyectó la película de Isidore Isou, Traité de bave et d’eternité, que escandalizó a los espectadores e impactó a Debord abriéndole un espacio de creación. 

Con el consejo de Isou, Debord estrenó en 1952 el film Hurlements en faveur de Sade ("Aullidos por Sade"), su primera intervención pública, en la que anunciaba el deseo de destruir el cine. Su película, al final sin imágenes, alterna secuencias con la pantalla enteramente en negro o en blanco, y se compone de una banda sonora con frases poéticas desviadas de su contexto de origen, entrecortadas con largos silencios cuyo propósito es acelerar el proceso de negación-descomposición (lo que los letristas llamaban "ciselant") en el cine, proceso ya muy avanzado en otras artes como en pintura con el Cuadrado blanco sobre fondo blanco de Malevitch o en literatura con Finnegans Wake de James Joyce. El objetivo es ir lo más directamente posible al proyecto de superación del Arte que es la principal preocupación de Debord y de los letristas. Debord pone así el punto de partida que llevará más tarde a la fundación de la Internacional Situacionista.

En 1953, Debord escribe en una pared de la calle Seine de París la inscripción Ne travaillez jamais ("No trabajéis nunca"), marcando así su rechazo al trabajo asalariado, rechazo que Debord mantendrá durante toda su vida. Ese eslogan volverá a aparecer masivamente durante la revuelta y las huelgas salvajes de Mayo 68.

Debord, más tarde en su vida, se acordará con nostalgia de ese breve periodo de su vida, por ejemplo en su enigmático libro Mémoires en colaboración con el pintor Asger Jorn. Durante esos años, elabora los conceptos de psicogeografía y de deriva. Los miembros de la Internacional letrista exploran la ciudad de París para descubrir los diferentes ambientes propicios al extrañamiento psicogeográfico. En esa época se publican varios libros sobre ese París milenario y secreto que desaparecería pocos años después debido a la especulación inmobiliaria. Debord también rinde homenaje en su libro de 1989 “Panegírico” al historiador Louis Chevalier que denunció esa destrucción del París antiguo en L'Assassinat de Paris.

El 17 de agosto de 1954, Guy Debord se casó con Michèle Bernstein, una escritora de origen ruso, miembro también del círculo. Entre 1954 y 1957 publicaron el implacable "Boletín Potlatch", como órgano de propaganda en busca de una nueva cultura y una nueva vida. 

Poco después los Letristas se enfrentaron a Isou y se escindieron en varias facciones, una de las cuales fue liderada por Debord siguiendo la recomendación de otro destacado miembro del Círculo Letrista, Gil Wolman, para integrarse en la Internacional Situacionista (I.S.), resultante de la fusión, acordada en julio de 1957 en la ciudad de Cosio d’Arrioscia, del Movimiento internacional para una Bauhaus Imaginista (MIBI), del movimiento artístico ‘CoBrA’ y la Asociación Psicogeográfica de Londres (LPA), todos ellos movimientos europeos contestatarios dentro de las artes, surgidos en los años 50 del siglo XX. 

Guy Debord, que llevaba la representación de los Letristas, fue elegido para la redacción del documento fundacional de la I.S. En su manifiesto, Debord exige cambiar el mundo superando todas las formas artísticas mediante el empleo unitario de todos los medios  de agitación en la vida cotidiana. Hasta 1969 Debord es director y editor de la revista teórica-política Internationale situationniste. 

Una de las primeras acciones de la I.S. en el mundo artístico tuvo lugar en Bruselas durante 1958 contra una conferencia internacional, lanzando octavillas y publicando masivamente sus proclamas en los medios de comunicación. Como consecuencia del escándalo, varios de los situacionistas y simpatizantes fueron arrestados. En el curso de estas acciones, Debord se implicaba significativamente en la planificación y defensa de estas intervenciones de la I.S. en Alemania, Inglaterra e Italia, a veces con los seudónimos ‘Gondi’ o ‘Decayeux’.

En 1959 Debord conoce al grupo de intelectuales y obreros revolucionarios Socialisme ou Barbarie y al año siguiente firma el Manifeste des 121 por el derecho a la insumisión en la Guerra de Argelia. Debord continua su creación cinematográfica con Sur le passage de quelques personnes à travers une assez courte unité de temps ("Sobre el paso de unas cuantas personas a través de una unidad de tiempo bastante corta") y Critique de la séparation. En esas dos películas, analiza la vida alienada, separada por el cotidiano mercantil, donde cada uno debe perder su vida para conocer a los demás en un mundo separado por la mercancía.

A principios de los ’60, Debord orienta la I.S. hacia la extinción de su fase artística,  por entender que la crítica situacionista del arte es parte de la crítica social y política y no se necesita poner el foco en la crítica de las actividades artísticas tradicionales. A partir de este momento, la I.S. persigue una crítica teórica más concisa de la sociedad capitalista siguiendo las líneas marxistas. En consecuencia, en 1965 expulsa de la I.S. a los miembros artistas como Asger Jorn, Pinot Gallizio, Troche y el holandés Constant, que en los primeros tiempos de la I.S. se centraban en la formulación de una crítica del arte como plataforma para la entrada futura del grupo en críticas políticas más profundas.

En 1967 publicó su obra más conocida, La societé du spectacle ("La sociedad del espectáculo"), en la que denuncia la mutación que el capitalismo hace del pensamiento por el espectáculo como sustrato ideológico de dominación. Explica la naturaleza de la caída histórica del capitalismo. El espectáculo crea un presente perpetuo apoyado en el espejismo de la tecnología, en el que es posible la ocultación, el simulacro, la mentira. La ficción y la apariencia toman la delantera a la realidad. En definitiva, la inversión de la vida, la autonomía de la ‘no vida’. 

Se trata, sin duda, de un texto en el que se construye una de las críticas más severas sobre el papel de la mediación cultural. La imagen de la sociedad es una síntesis de la lucha de intereses, de la capacidad de imposición de unos sectores sobre otros, del papel determinante que el control tecnológico de las ilusiones –medios y cultura- tiene en el proceso de dominación. Tecnología, cultura y medios, que gratifican al individuo y lo seducen, son también para Debord instrumentos de sometimiento al servicio de la racionalidad de la economía y del mercado. Instrumentos que desarrollan hábitos de sumisión, desarme del individuo como ser social, cosificación, falsas necesidades. Es precisamente el carácter ‘innecesario’ de la sociedad del espectáculo lo que habilita al individuo para salir de ella, que es la propuesta de ruptura de Debord.

Algunos historiadores defienden que su libro La societé du spectacle fue el catalizador de la Revolución del ’68.  Muchos de los manifestantes mostraban pancartas con los sloglans de los situacionistas y el mismo Debord actuó como uno de los líderes de la corriente ultraizquierdista con mayor influencia en la toma de la Sorbona. A partir de ese momento su figura adquiere un gran reconocimiento en la ultraizquierda europea y estadounidense. 

Michèle Bernstein se retira de la Internacional Situacionista en 1967, no participa en las revueltas de mayo del ‘68 y su matrimonio con Guy Debord se rompe oficialmente el 5 de enero de 1972. Él se casa el 5 de agosto de ese año con otra situacionista, la poeta Alice Becker-Ho, de padre alsaciano y madre shanghaiana.

En ese mismo año, Debord disolvió la I.S., tras las críticas a su dirección por parte de Raoul Vaneigem y Asger Korn, que abandonaron el Círculo. Guy Debord y Alice Becker-Ho se retiran a una casa de campo en Champot cerca de Bellevue-La-Montagne en Haute-Loire a leer material relativo a las estrategias bélicas, como el tratado De la Guerre de Carl von Clausewitz y la obra de estrategia militar más antigua conocida "El Arte de la Guerra de Sun Tzu. Guy y Alice diseñan un War Game (juego de la guerra).  

Debord mantiene correspondencia sobre temas políticos con el situacionista Gianfranco Sanguinetti y con el dueño de la editorial Champ Libre Gérard Lebovici. Éste propone a Debord reeditar su libro “La Sociedad del espectáculo”. Entre los dos hombres, hay buena sintonía desde el principio. Lebovici ve en Debord un pensador original, diferente de la vulgaridad izquierdista en vigor. Debord va a contribuir a radicalizar Lebovici aún más.

En 1974, Lebovici se separa de los primeros colaboradores de Champ Libre y le da mayor peso a Guy Debord en la selección de los libros que se publican, entre ellos los de Baltasar Gracián. Guy Debord adquiere en los años 1970 una reputación terrible en el pequeño mundo intelectual y algunos ven en Champ Libre el lugar escogido por Debord para continuar la actividad de la Internacional Situacionista desaparecida en 1972. Paralelamente a la editorial, Lebovici produce tres películas de Debord, la adaptación al cine de “La Sociedad del espectáculo” en 1973, Réfutation de tous les jugements en 1975 e In girum imus nocte et consummimur igni  («Damos vueltas por la noche y somos devorados por el fuego») en 1978. 

El objetivo estrátegico de Gérard Lebovici y Guy Debord a través de Champ Libre es de poner en plena luz la apariencia de las cosas para desvelar su verdadera realidad. Se trata de un trabajo de desprogramación, contrainformación y desmitificación cuyo vector esencial es Champ Libre. El objetivo es reaccionar contra la alienación mortífera general, el condicionamiento mediático del individuo, la incultura general obligatoria, la tentación de apartar de la historia momentos apasionantes del arte y de la vida, y de forma más general, a la degradación de la calidad de la existencia. El catálogo de Champ Libre inaugura un concepto nuevo y crucial, noble contrapunto a la industrialización del mundo editorial. Gracias a la fortuna de Gérard Lebovici obtenida como productor de cine, Champ Libre no tiene problemas de dinero. La editorial está voluntariamente desconectada del mercado y no cede a ningún compromiso comercial.

En 1979, Debord traduce al francés las “Coplas por la muerte de su padre” de Jorge Manrique y el testimonio de un anarquista español perteneciente a la Columna de Ferro de Valencia, Protestation devant les libertaires du present et du futur sur les capitulations de 1937 que una amiga española, Antonia López-Pintor, le había hecho descubrir. Debord se apasiona por España, su pueblo y su idioma. Participó en 1980 en la difusión de los Comunicados de la prisión de Segovia siendo el autor del texto "A los libertarios". Esa intervención tuvo gran repercusión y sirvió para obtener la liberación de varios prisioneros políticos. Debord alquila un apartamento en Sevilla en los años 1980 y pasa varias temporadas en España. Efectúa un viaje hasta el pueblo castellano-leonés de Rello, viaje que fue contado en el libro de Alice Becker-Ho, Là s'en vont les seigneuries.

En octubre de 1983, Gérard Lebovici compra el Studio Cujas, una sala de cine situada en la calle Cujas dentro del Barrio Latino en la que únicamente se proyectan las películas de Guy Lebord en sesión continua. 

Gérard Lebovici medita retirarse del negocio del cine del que está aburrido para dedicarle más tiempo al mundo de la edición de libros. Las circunstancias se lo impiden: el 5 de marzo de 1984, es asesinado de cuatro balas de calibre 22 en la nuca en un aparcamiento de la Avenida Foch. Los asesinos nunca fueron identificados. Algunos diarios señalaron incluso al propio Debord, de instigador del crimen. El círculo próximo a Lebovici responde a esos ataques difamatorios publicando Tout sur le personnage ("Todo sobre el personaje"), libro que Lebovici estaba escribiendo. Guy Debord publica en febrero de 1985 sus Considérations sur l'assassinat de Gérard Lebovici, ensayo en el cual ajusta sus cuentas con los calumniadores y en el que brilla su talento de polemista dando una lección magistral sobre los procedimientos de la mentira periodística.

En homenaje a su amigo, Debord decide prohibir la difusión de sus películas en Francia hasta su muerte. Decide publicar más a menudo en Champ Libre (que cambia de nombre y pasa a llamarse Éditions Gérard Lebovici) y manifiesta en privado un apoyo total a la viuda de su amigo fallecido que dirige la editorial.

En 1989 publica “Panegírico”. Alaba el alcohol y lo que la embriaguez le aportó en su vida y su obra, consciente de que su pésimo estado de salud estaba relacionado con su alcoholismo declarado y asumido. Aquejado de polineuritis alcohólica, Debord toma la delantera a esa enfermedad incurable y se suicida disparándose al corazón en su propiedad de Champot, cerca de  Bellevue-La-Montagne en Haute-Loire el 30 de noviembre de 1944.

En enero de 2009, el Estado francés decidió clasificar la totalidad de los archivos de Guy Debord como patrimonio nacional con un decreto que se opuso a la venta de dichos archivos a la Universidad de Yale. Dicho decreto precisa que los archivos revisten una gran importancia para la historia de las ideas en la segunda mitad del siglo XX y para el conocimiento de uno de sus últimos grandes intelectuales (Journal officiel de la République française del 12 de febrero de 2009). La Bibliothèque national de France firma en marzo de 2010 un acuerdo con Alice Becker-Ho para la compra de los archivos de Guy Debord, una parte representativa de los cuales fue objeto de una gran exposición durante la primavera de 2013. 

Las teorías de Debord intentaron explicar el debilitamiento de las capacidades espirituales durante la modernización de las esferas tanto privadas como públicas a manos del capitalismo de mercado. Postuló que los sentimientos de alienación se podían explicar mediante las fuerzas invasivas del «espectáculo» — la naturaleza seductora del capitalismo consumista, la nueva forma de control hegemónico que surge tras el fin de la guerra fría, tras la caída del comunismo y la afloración de la corrupción en los estados democráticos. De algún modo vaticinó también este sacrosanto recinto que hoy conocemos como redes sociales.

MAG/05.02.2019

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