domingo, 31 de marzo de 2019

Susan Sontag






Susan Sontag nació el 16 de enero de 1933 en la ciudad de Nueva York, hija de Jack y Mildred (Jacobson) Rosenblatt, ambos judíos de procedencia estonia y polaca, respectivamente. Susan era la mayor de dos hermanas, que en su primera infancia vivieron en Long Island (Nueva York) con sus abuelos, mientras sus padres tenían un negocio de exportación de pieles en China. Cuando Susan tenía cinco años, su padre murió de tuberculosis y su madre regresó a Nueva York. Un año más tarde, madre e hijas trasladaron su residencia primero a Miami, poco después a Tucson (Estado de Arizona) y finalmente a San Fernando Valley al sur de California, en busca de un clima más templado y un aire más limpio para frenar el principio de asma de las niñas Susan y Judith. En 1946 Mildred Rosenblatt se casó Nathan Sontag, capitán del ejército estadounidense. Aunque Susan no fue adoptada por éste, cambió su apellido al de su padrastro. 

En casa no se practicaba el judaísmo y Susan no entró en una sinagoga hasta mediados sus veinte años. Su adolescencia fue solitaria y precoz. Se refugió en los libros. Estudió en el Instituto de North Hollywood, donde se distinguía por su autoconfianza y estilo propio. Se graduó a la edad de 15 años y comenzó su preparación preuniversitaria durante un semestre en la Universidad de California en Berkeley. 

Por su brillante expediente académico, fue admitida en la Universidad de Chicago, a la edad de 16 años. Se matriculó en Filosofía, Historia Antigua y Literatura. Gracias a su don para cultivar a los hombre influyentes con poder intelectual, estableció sólidas relaciones con sus profesores, entre ellos Joseph Schwab, Christian Mackauer, Richard McKeon, Peter von Blanckenhagen, Kenneth Burke y el filósofo político Leo Strauss, padre intelectual del Neoconservadurismo. En un Seminario de verano impartido por el sociólogo Hans Heinrich Gerth, Susan Sontag se hizo amiga de él y del pensamiento alemán. 

Como alumna de segundo año, Susan Sontag entró un día en un aula donde estaba explicando Kafka, Philip Rieff, escritor y profesor de Sociología. Al final de la clase preguntó por su nombre y, tras un noviazgo de diez días, se casaron cuando ella tenía 17 años. Su hijo, David, que sería escritor y editor de las obras de su madre, nació al año siguiente. El matrimonio de Philip y Susan duró ocho años. 

A la edad de 18 años Susan Sontag consiguió su Licenciatura en Letras, fue elegida para formar parte de la Sociedad de excelencia universitaria Phi Beta Kappa y publicó por primera vez en la edición de invierno de la Chicago Review. 

Su primer trabajo con el título bajo el brazo lo fue como profesora de Inglés de los estudiantes de primer año en la Universidad de Connecticut durante el curso 1952-53. En el curso siguiente se matriculó en la Universidad de Harvard para estudiar inicialmente Literatura con Perry Miller y Harry Levin, para pasar a continuación a las clases de Filosofía y Teología impartidas por Paul Tillich, -que sería su mentor-, Jacob Taubes, Raphael Demos y Morton White. Tras conseguir un Máster en Filosofía, comenzó sus estudios de doctorado sobre Metafísica, Ética, Teología, Filosofía griega y Filosofía de los siglos XIX y XX en Europa.

Durante el año 1955 el filósofo Herbert Marcuse vivió con Sontag y Rieff mientras trabajaba en su libro Eros and Civilization. En esa época Susan Sontag colaboraba con su marido en el ensayo Freud: The Mind of Moralist (“Freud. La mente de un moralista”), que se publicaría como libro en 1958. 

En 1957 la American Association of University Women concedió a Susan Sontag una beca para estudiar un año en el St Anne’s College de la Universidad de Oxford, a donde se desplazó sin su marido ni su hijo. Ella tuvo como profesores a Iris Murdoch, Stuart Hampshire, A. J. Ayer y H.L.A. Hart y a J.L. Austin y Isaiah Berlin en los seminarios de de Filosofía. No se sentía cómoda en Oxford y, tras las vacaciones de San Miguel, trasladó la matrícula a la Universidad de la Sorbona, residiendo en el Barrio Latino donde coincidió con la comunidad de expatriados estadounidenses integrada en torno a la Paris Review.

En París conoce a la escritora y modelo americana Harriet Sohmers Zweling con quien mantiene una relación amorosa tormentosa y poco después inicia un affaire de siete años de duración con la dramaturga cubana-estadounidense María Irene Forbés, con quien regresaría a Nueva York.

Durante su estancia en París Susan Sontag fue presentada a Robert Silvers, y éste le proporcionó una formidable plataforma cuando en 1963 se lanzó la New York Review of Books. Sontag se interesó también por conocer la cinematografía, la filosofía y los escritores franceses. Susan Sontag declaraba que su tiempo en París había sido probablemente la etapa más importante de su vida. Fue la base de su larga asociación intelectual y artística con la cultura francesa. Participó como extra en la película Le Bel Âge a las órdenes de Pierre Kast.

A su regreso a los EE.UU. en 1958, y cuando Philip Rieff la fue a recoger al aeropuerto, Susan Sontag le pidió el divorcio y al niño que había estado viviendo, en su ausencia, con sus abuelos paternos. Ella no aceptó la pensión alimenticia que le ofreció Rieff y alquiló un pequeño apartamento; dio clases de Filosofía en el Sarah Lawrence College y en la Universidad pública de la Ciudad de Nueva York, y de Filosofía de la Religión en el Departamento de Religión de la Universidad de Columbia; se empleó como editorialista en la revista neoyorquina Commentary; y se dedicó a escribir sin reposo. A la edad de 30 años, publicó su primera novela experimental The Benefactor (“El Benefactor”) en el estilo nouveau roman. 

En el curso 1964-65 disfrutó de una beca como escritora en la Rutgers University, última actividad académica antes de trabajar exclusivamente como escritora free-lance. La fama y notoriedad le llegaron de sus ensayos. Escribía frecuentemente sobre la intersección entre el arte alto y el bajo ampliando el concepto de esa dicotomía entre forma y arte a cualquier otro medio. En 1964 apareció su ensayo “Notes on Camp’”, en el que aceptaba dentro del arte a temas comunes, absurdos y burlescos. Fue muy bien recibido por el público lo que elevó sin duda el reconocimiento de la autora.

El momento histórico no podía ser más propicio: la intelligentsia estadounidense ya había comprendido la importancia cultural de los años sesenta; los lectores buscaban afanosamente firmas capaces de interpretar lo que estaba ocurriendo. Sontag fue una de las voces más autorizadas, pues exploraba la distancia que hay entre la realidad humana, cultural, artística y nuestra interpretación de esa realidad. 

Susan Sontag fue bien acogida por la alta sociedad neoyorquina bajo la protección del empresario Roger Strauss, socio principal de los editores Farrar, Straus & Giroux. Aparecían con regularidad artículos suyos en los diarios de mayor prestigio. La era de la Radical Chic (“Izquierda exquisita”) había llegado y Sontag, seria, maravillosa, caminando por la vida intelectual de Nueva York era su más sorprendente adorno. En un simposio de la Partisan Review celebrado en 1965, Susan Sontag declaró que “Mozart, Pascal, el álgebra de Boole, Shakespeare, el parlamentarismo, les iglesias barrocas, Newton, la emancipación de las mujeres, Kant, los ballets de Balanchine, etc., no son suficientes para absolver lo que esta civilización particular ha inflingido al mundo. La raza blanca es el cáncer de la Historia de la Humanidad, pues sus ideologías e inventos erradican las civilizaciones autónomas quebrando el equilibrio ecológico del planeta y amenazando ahora su propia existencia”.

En 1967 apareció The Death Kit y al año siguiente, Trip To Hanoi (“Viaje a Hanoi”), como informe de su vista a Hanoi, indignada por el papel que los EE.UU. desempeñaban en Vietnam. Susan Sontag se convirtió en un modelo para muchas feministas y escritoras. Años más tarde, en 1994, Sontag se aparta del American women's movement provocando una crítica feroz de la conocida feminista del post-feminismo, Camille Paglia.

En 1968 publica un primer libro de ensayos con el título Against Interpretation (“Contra la interpretación”), que se convirtió inmediatamente en una de las banderas de su generación. Es una oposición radical a la búsqueda de significados en la obra de arte, y la defensa de la intuición como medio para acercarse a la experiencia del fenómeno artístico. Con él, Sontag adquirió una reputación de intelectual independiente y al mismo tiempo se reveló como una mujer capaz de reinterpretar la vida americana a la luz de las culturas clásicas europeas.

En un segundo libro de ensayos, Styles of Radical Will (“Estilos radicales”), aparecido en 1969, Sontag renovó el ensayo sofisticado y cosmopolita y lo transformó en un instrumento capaz de indagar en las drogas y en la pornografía, en la política y en la literatura occidental. 

Admiradora de Ingmar Bergman, Sontag se estrena a principios de los 70 como guionista y directora de cine. Sus películas Duet for Cannibals (“Duelo de caníbales”) (1969) y Brother Carl (“Hermano Carl”) (1971) fueron realizadas en Suecia. Después visitó Israel, donde rodó Promised Lands (“Tierras prometidas”) (1973), un documental sobre las tropas israelíes en los Altos del Golán.

En uno de sus viajes a París Susan Sontag conoce y se enamora de la artista y realizadora francesa Nicole Stéphane, con quien convivirá hasta mediados de los años 70. En esa etapa, a Susan le detectan un cáncer de mama, del que sana tras un duro tratamiento en compañía de Nicole.

Sontag traslada al papel su dura experiencia en un libro titulado Illness as Metaphor (“La enfermedad y sus metáforas”). Diez años más tarde, el ensayo fue ampliado con AIDS and its Metaphors (“El sida y sus metáforas”). Ambos textos examinan la forma en que los mitos de ciertas enfermedades como el cáncer o el sida crean actitudes sociales que pueden resultar más dañinas para el paciente que las enfermedades mismas.

A principios de los ‘70, Sontag empezó a escribir una serie de ensayos sobre fotografía que se publicaron en la New York Review of Books. Describía la exploración de los fotógrafos viajeros o turistas como coleccionistas del mundo bajo su propia percepción. En vacaciones, apaciguan su ansiedad con una imitación amistosa del trabajo, utilizando una cámara fotográfica, en la creencia de que es diversión. Consecuentemente se crea una abundancia de material visual que altera la ética de lo que debe verse, pues las imágenes sustituyen las experiencias directas y limitan la realidad. 

A Sontag la tenían atenazada los problemas estéticos o de interpretación de imágenes. Cuanto más exploraba, más dudas le asaltaban sobre lo que parecía proporcionaba una fotografía: un trozo de verdad, un pedazo de realidad. En un gesto de inmensa seguridad en sí misma, su libro On Photography (“Sobre la fotografía”), que apareció en 1977, no contenía foto alguna como muestra o ilustración. La escritora reivindicaba la potencia y la autoridad de la palabra escrita.

La voracidad intelectual de Susan Sontag iba pareja a sus necesidades emocionales. Le atormentaba que ninguna de sus relaciones hubiese durado. Detestaba la soledad y viajaba constantemente como ‘antídoto contra la depresión’. A finales de los 70, Susan Sontag es pareja de Lucinda Childs, destacada bailarina contemporánea.

En enero de 1976 Susan Sontag conoce, a través de sus editores comunes, Farrar, Straus & Giroux,  a Joseph Brodsky, poeta disidente ruso de origen judío, que en 1987 recibiría el Premio Nobel de Literatura. Con Brodsky, Sontag desarrolló una de sus principales y más enriquecedoras relaciones de entonces. Quizás, como ella confesaba, porque constituyó la única relación sentimental entre iguales. 

En 1978 recibe el National Book Critics Circle Award por su libro “Sobre la fotografía”

A finales de los años 80, Sontag conoce a la famosa retratista fotográfica, Annie Leibovitz, con quien  entabla una relación sentimental hasta el fin de sus días.

Ideológicamente posicionada a la izquierda, seguidora de Roland Barthes, post-estructuralista y semiólogo francés, se manifiesta contra la guerra de Vietnam y más tarde contra la guerra de Irak y la tortura practicado por el ejército estadounidense en la cárcel de Abu Ghraib.

Sin embargo, en 1982 durante un mitin a favor de la Solidaridad en Nueva York, Sontag declaró que "las personas de la izquierda", como ella, "han dicho muchas mentiras de forma voluntaria o involuntaria, han aplicado un doble estándar para el lenguaje angélico del comunismo. El comunismo, añadió, es el fascismo exitoso, por así decirlo. No solo el fascismo (y la dictadura militar) es el destino probable de todas las sociedades comunistas, especialmente cuando sus poblaciones se rebelan, sino que el comunismo es un fascismo con rostro humano”.

Las reacciones a esta declaración de Sontag no se hicieron esperar. Unos confesaron que esos sentimientos ya eran compartidos por los izquierdistas en los últimos años. Otros la acusaron de traicionar sus ideas radicales.

En 1983 testimonia en el documental “Mala Conducta” a favor de los exiliados cubanos, describiendo las prácticas del régimen castrista contra los calificados de antisociales. Su historia corta sobre la epidemia del sida, The Way We Live Now, se publicó con gran éxito en noviembre de 1986 en The New Yorker. 

Si bien sus mejores obras son ensayos sobre la política, la ética, la estética, y la crítica del imperialismo de los EE.UU., Sontag se consideraba principalmente una novelista y escritora de ficción. Muestra de su calidad como novelista son The Volcano Lover (“El amante del volcán”)  una deliciosa historia novelada de la aventura de Lady Hamilton e In America (“En América”), relato de la vida de la actriz polaca Helena Modjeska, premiado con el U.S. National Book Award for Fiction, aunque doce de sus pasajes fueron considerados por Ellen Lee como plagiados.

Durante 1989 Susan Sontag presidió el PEN American Center, la rama principal de la organización de escritores International PEN. Se posicionó contra la fatwa de muerte declarada el 14 de febrero de ese año contra el escritor Salman Rushdie por el ayatolá Jomeini, lo que resultó crucial para el compromiso de apoyo de los escritores estadounidenses en favor del autor de ‘Los Versos Satánicos’.

En 1990 es nombrada miembro de la MacArthur Foundation, distinción concedida a “gente creativa, instituciones efectivas y redes con influencia que construyan un mundo más justo, más verde y pacífico”.

Por invitación de su hijo, David Rieff, corresponsal durante la Guerra de los Balcanes, Susan Sontag visitó Sarajevo en 1992 y organizó la representación,, de ‘Esperando a Godot’ de Samuel Beckett con actores bosnios en un teatro iluminado con candilejas bajo los bombardeos. En el día del estreno, el alcalde de la ciudad la nombró ciudadana de honor por su valentía en viajar, vivir y trabajar en Sarajevo en esas peligrosas circunstancias.

También en 1992 recibe el Premio Malaparte, reconocimiento literario italiano a personalidades internacionales. Y en 1999 es nombrada miembro de la Orden francesa de las Artes y las Letras.

Susan Sontag recibió el muy prestigioso premio literario National Book Award 2000, en reconocimiento a sus publicaciones destacadas en dicho año. Y al año siguiente la Feria Internacional de Libro de Israel le otorga el Jerusalem Prize for the Freedom of the Individual in Society.

En el número de The New Yorker del 24 de septiembre de 2001, Sontag comentó que los ataques del 11 de septiembre constituían una dosis de realidad y criticaba a las autoridades de los EE.UU. por tratar de convencer a la ciudadanía de que todo estaba bien. Se oponía a que se calificase de actos terroristas lo que, a su juicio, era un ataque a la autoproclamada superpotencia mundial, por determinados acciones y alianzas llevados acabo por los estadounidenses.

En 2002 publica Regarding the Pain of Others (“Ante el dolor de los demás”), un breve ensayo que une dos de sus obsesiones: las imágenes y la guerra. El libro defiende el derecho de los hombres a cerrar los ojos ante las imágenes de violencia que los asedian todos los días. 

En 2003 Susan Sontag compartió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras con la marroquí Fatima Mernissi, fue galardonada con el Premio de la Paz que otorgan los libreros alemanes y recibió un doctorado honoris causa por la Universidad de Tubinga (Baden-Wurtemberg). 

Susan Sontag falleció en el hospital Sloane Kettering de la ciudad de Nueva York el 28 de diciembre de 2004, a la edad de 71 años, por complicaciones de síndrome mielodisplásico que derivaron en leucemia mieloide aguda. El origen de la leucemia fue probablemente la radioterapia recibida tres décadas antes, para la curación del cáncer de mama que sufrió cuando tenía 43 años. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Montparnasse de París.

MAG/31.03.2019


domingo, 17 de marzo de 2019

Edward W. Said






Edward Wadie Said nació el 1 de noviembre de 1935, en el seno de una acaudalada familia palestina cristiana, en los alrededores de Jerusalén cuando la ciudad permanecía bajo el Mandato Británico de Palestina. Su madre, Hilda, nació en Nazaret (Imperio Otomano en la época), hija de libaneses, compartiendo su nacionalidad y su religión cristiana anglicana. Su padre Wadie (William) Ibrahim Said era palestino y un empresario de papelería en Jerusalén, que había servido en el ejército de los EE.UU. como soldado de las Fuerzas Expedicionarias estadounidenses en la Primera Guerra Mundial, circunstancia que fue premiada con la ciudadanía estadounidense para él y su familia.

Edward asistió a la Academia Anglicana de San Jorge en Jerusalén Occidental hasta los doce años. De esta experiencia escribió en su libro Between Worlds, Reflections on Exile and Other Essays (“Reflexiones sobre el exilio: ensayos literarios y culturales”) la siguiente reflexión:

“Con un apellido excepcionalmente árabe como "Saïd", ligado a un nombre británico (mi madre admiraba mucho a Edward VIII, el Príncipe de Gales en 1935, el año de mi nacimiento), fui un estudiante incómodamente anómalo durante todos mis primeros años: un palestino que va a la escuela en Egipto, con un nombre inglés, un pasaporte estadounidense y ninguna identidad en absoluto. Para empeorar las cosas, el árabe, mi lengua materna, y el inglés, el idioma de mi escuela, se mezclaban inevitablemente: nunca supe cuál era mi primer idioma y no me sentí en casa en ninguno de los dos, aunque sueño en ambos. Cada vez que pronuncio una frase en inglés, escucho mi eco repitiéndola en árabe, y viceversa”.

Tras la aprobación en noviembre de 1947 de la participación de Palestina entre árabes y judíos por las Naciones Unidas, Jerusalén Occidental fue capturada por las fuerzas israelíes y la familia Said fue expropiada de todos sus bienes, trasladándose a un campo de refugiados.

En 1949 la familia Said se exilió a El Cairo y Edward fue educado en el Victoria College de Alejandría, donde compartió aula con el futuro rey de Jordania, Hussein, y con Michael Shalboub, más conocido como Omar Sharif. Otros alumnos egipcios, sirios, jordanos y saudíes se convertirían, tras la descolonización británica, en ministros o empresarios brillantes en sus respectivos países, pero preservando su orientación cultural inglesa. 

Edward y su hermana

También en “Reflexiones sobre el exilio: ensayos literarios y culturales”, describía Said el ambiente escolar en el Victoria College:

“En el momento en que uno entraba en el Victoria College, se le entregaba el Manual del Estudiante, que regulaba todos los aspectos de la vida escolar: el uniforme que íbamos a usar, el equipo de deportes, las fechas de las vacaciones escolares, horarios de autobuses, y así sucesivamente. Pero la primera regla de la escuela, impresa en la primera página del Manual, decía: "El inglés es el idioma de la escuela; los estudiantes que sean sorprendidos hablando en cualquier otra lengua serán castigados". Como es natural no había hablantes nativos de inglés entre los alumnos. Mientras que los maestros eran todos británicos, éramos un grupo variado de árabes de diversos tipos, armenios, griegos, italianos, judíos y turcos, cada uno con un idioma materno que la escuela había prohibido explícitamente. Sin embargo, todos, o casi todos, hablábamos árabe, muchos hablaban árabe y francés, y así pudimos refugiarnos en un idioma común, desafiando lo que percibimos como una estructura colonial injusta”.

En 1951 Edward Said fue expulsado del Victoria College por mal comportamiento aunque sus resultados académicos eran excelentes. Su padre lo envió a la exclusiva Northfield Mount Hermon School de Massachusetts, donde el adolescente Said alcanzó el primer o segundo puesto entre 160  alumnos, en todas las asignaturas.

El cambio de países y de culturas en la juventud de Said quedaría reflejado en su estilo académico como intelectual políglota. Hablaba inglés y francés fluidamente, su árabe coloquial era excelente, su árabe formal muy bueno y estaba familiarizado con el español, el alemán, el italiano y el latín.

Said ingresó en la Universidad de Princeton y se licenció en Arte (B.A.) en 1957. Se trasladó a la Universidad de Harvard, donde en 1960 obtuvo una maestría (M.A.) y cuatro años más tarde se doctoró (Ph.D.) en Literatura inglesa.

Ya desde 1963 Edward Said impartió clases de Inglés y Literatura Comparada en la Universidad de Columbia. En 1966 escribe su primer libro Joseph Conrad and the Fiction of the Autobiography (“Joseph Conrad y la Ficción de la Autobiografía”) como una ampliación de su tesis doctoral. 

En 1967 Said es promovido a profesor ayudante, y dos años más tarde a profesor titular en el Departamento de Inglés y Literatura Comparada de la Universidad de Columbia, desde donde transformó la visión occidental del conflicto árabe-israelí, al mismo tiempo que abrió el camino para una nueva izquierda post-socialista en la que el proletariado era sustituido por gente no blanca como los redentores de la humanidad.

Tras la Guerra de los Seis Días, acaecida en 1967, Said se comprometió al año siguiente  con la causa palestina. Defendió los derechos de los palestinos en Israel y los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. Diez años después fue elegido miembro del Consejo Nacional Palestino [Asamblea legislativa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en el exilio]. 

En 1974 fue profesor visitante de Literatura Comparada en la Universidad de Harvard.

En 1975 publicó Beginnings: Intention and Method (“Comienzos: Intención y Método”),  distinguiendo entre ‘origen’ que tiene un carácter divino, mítico y privilegiado de ‘comienzo’ que es secular y producido por el hombre.

De 1975 a 1976, Said fue miembro del Center for Advanced Study in Behavioral Science (“Centro de Estudios Avanzados de las Ciencias de la Conducta”) de la Universidad de Stanford. En 1977 fue nombrado catedrático el Departamento de Inglés y Literatura Comparada de la Universidad de Columbia y Profesor de Humanidades en la Old Dominion Foundation.

En 1978 publica Orientalism (“Orientalismo”), un completo estudio que documenta la idea que Occidente ha construido sobre los principios culturales e ideológicos de Oriente Próximo, desmontando la imagen tradicional que Occidente ha acuñado sobre Oriente. Para Edward W. Said, el “orientalismo” no es una inocente rama del saber que estudia la civilización y las costumbres de los pueblos orientales, sino un sistema para conocer Oriente mediante el cual Occidente ha sido capaz de dominarlo desde un punto de vista político, sociológico, militar e ideológico. 

Said indica que su concepción del conocimiento como herramienta de dominación se inspira en la noción de “discurso” o “disciplina” que Michel Foucault elaboró en obras como “La arqueología del saber” y “Vigilar y castigar”, inspirándose, a su vez, en la idea nietzscheana, elaborada en obras como “La genealogía de la moral”.

Said denuncia los "persistentes y sutiles prejuicios eurocéntricos contra los pueblos árabes-islámicos y su cultura”. Argumenta que una larga tradición de imágenes falsas y romantizadas de Asia y el Medio Oriente en la cultura occidental han servido de justificación implícita a las ambiciones coloniales e imperiales de Europa y Estados Unidos. Europa, para definirse, ha catalogado a Oriente como la contraposición de los valores e ideales europeos, aunque en realidad Oriente es un integrante de la civilización y cultura europea. 

La tesis de Orientalism concluye que el conocimiento occidental de Oriente describe las culturas del mundo oriental con las de otro mundo no-europeo, feminizado, débil e irracional, contrapuesto a la representación de las culturas occidentales como racionales, fuertes y de gobierno masculino. Tal binomio artificial provoca una necesidad psicológica europea de crear una diferencia de desigualdad entre el Este y el Oeste, a partir de las esencias culturales inmutables innatas a los pueblos del mundo oriental.

En 1979 Said dicta cursos de Humanidades como profesor visitante en la Universidad de John Hopkins. También enseñó en la Universidad de Yale y dio conferencias en más de 200 universidades de Norteamérica, Europa y Oriente Medio. Aparte de su labor docente, son numerosas sus colaboraciones en periódicos y revistas de muchos países, como The Guardian, Le Monde Diplomatique, Zmag Italy, REDS, Il Manifesto y La Repubblica. Escribía en árabe una columna quincenal en Al Ahram y Al Hayat. Formó parte del consejo editorial de veinte rotativos. Fue el editor del Arab Studies Quarterly de la American Academy of Arts and Sciences y de la colección de libros Convergences, editada por Harvard University Press. Era también miembro del Comité Ejecutivo de International PEN.

También en 1979 escribió su primera obra relacionada con el conflicto árabe-israelí, The Question of Palestine (“La cuestión de Palestina”), en ella Said rechaza el uso de la violencia y se pronunciaba por aceptar la existencia de Israel. También en 1979 publicó el ensayo "Zionism from the Standpoint of its Victims" (“El Sionismo desde le Punto de Vista de las Víctimas”), en el que argumenta a favor de la legitimidad política y autenticidad filosófica de las reclamaciones sionistas y del derecho a una patria judía, al mismo tiempo que defiende el derecho ineludible de una autodeterminación nacional del pueblo palestino.

En sus escritos de 1980, Said anticipó una eventual política de agresión por parte de los Estados Unidos en el Medio Oriente. Debido a su activismo pro-palestino, fue acusado por sectores pro-israelíes de línea dura, de antisemita, tras lo cual fue objeto de ataques por parte de los sectores más radicales de Israel, así como por el oficialismo palestino. En algún momento le dejaron una bomba en su oficina, y en otro trataron de despojarlo de su trabajo de académico universitario. 

En 1992 publicó Culture and Imperialism (“Cultura e imperialismo”), donde expandió y generalizó las ideas planteadas en “Orientalismo". En “Cultura e imperialismo” Said propone una solución metodológica partiendo de una identidad bicultural y móvil, alejada de todo estereotipo, que en la perspectiva de un intelectual crítico interactúa y se pasea por Occidente y Oriente sin complejos de culpa ni de superioridad. En el mismo año de 1992, Said fue nombrado miembro del Foro de Sabios de la UNESCO.

En 1993 Said rompe con Arafat en desacuerdo por la firma de los Acuerdos de Oslo pues Said los consideraba un fraude, y hacía notar que no se mencionaba el fin de la ocupación israelí, ni el destino de Jerusalén, ni se proponía una solución a los asentamientos israelíes. Como represalia por sus críticas, en 1995 la Autoridad Palestina prohibe la venta de los libros de Said, que volverían a ser autorizados cuando Said alaba la postura de Arafat al rechazar las ofertas presentadas por el primer ministro israelí Ehid Barak en la Cumbre de Camp David.

También en 1993, Said presentó en las Reith Lectures de la BBC una serie de seis conferencias tituladas  Representation of the Intellectual, en las que examinó el papel de la intelectualidad pública en la sociedad contemporánea.

Además de su gran amor por la literatura y su inagotable interés por la política, Edward Said era un inveterado devoto de la ópera y la música clásica, un eximio pianista, capaz de tocar Schubert  a cuatro manos con su amigo el músico Daniel Barenboim, y crítico de ópera para la Revista The Nation. Escribió tres libros sobre música: Elaboraciones musicales: ensayos sobre música clásicaParalelismos y paradojas: reflexiones sobre música y sociedad (conjuntamente con Daniel Barenboim), y su último libro, On Late Style: Music and Literature Against the Grain. Said veía a menudo en la música un reflejo de sus ideas sobre literatura e historia. Una colección póstuma de sus ensayos fue editada en 2007 en Estados Unidos y en 2011 en España, con el título Música al límite.

En 1999, Edward W. Said y Daniel Barenboim fundaron la Orquesta Sinfónica Diván Este-Oeste, una iniciativa para reunir cada verano a un grupo de jóvenes músicos, con talento, de Israel y de los países árabes. En 2002 ambos establecieron también la Fundación Barenboim–Said con sede en Sevilla con la misión de educar a través de proyectos musicales como el proyecto de Educación Musical en Palestina y el proyecto Educación Musical para la primera infancia. Asimismo la Fundación colabora en la gestión de la Academia de Estudios Orquestales.

Otra faceta de Edward Said se encuentra en su amor por su ciudad, Nueva York, de la que dice “ha desempeñado un importante papel en el tipo de crítica e interpretación que yo he hecho”. Cortés y sutil, Said es en muchos sentidos la quintaesencia del neoyorquino. Refleja la incansable energía y diversidad de la ciudad y abre su casa del Upper West Side a escritores y músicos de todo el mundo.

En 2002 Said recibió el premio Príncipe de Asturias, y en su discurso de aceptación dijo: "Como norteamericano que lleva una vida de privilegio y estudio en la Universidad de Columbia, donde he tenido una suerte enorme en mi vida como profesor, llegué a comprender muy pronto que tenía que elegir entre olvidarme de mi pasado y de los muchos familiares que se convirtieron en refugiados sin hogar en 1948, o dedicarme a paliar los efectos de los traumas producidos por el sufrimiento y el despojo, escribiendo, hablando y dando testimonio de la tragedia de Palestina. Me enorgullece decir que escogí este último camino y, con él la causa de una política estadounidense no militarista y no imperialista. Siempre he creído en la superioridad del argumento racional sobre la lucha armada, en la franqueza y en la honestidad empleadas en pro no de la exclusión sino de la convivencia y la inclusión”.

En 2002, Said fue cofundador, junto con Haidar Abdel Shafi, Ibrahim Dakak y Mustafá Barghouti, del partido y movimiento social Palestinian National Initiative (Al Mubadara), un intento de crear una tercera fuerza política palestina que pudiera ser una alternativa democrática y reformista a Fathá y a Hamás. 

El 24 de septiembre de 2003 Eduard W. Said, tras doce años de padecer leucemia linfática crónica, falleció a la edad de 67 años en Nueva York. 

Fue miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias,  de la de Artes y Letras, de la  Royal Society of Literature, de la American Philosophical Society y del Council of Foreign Relations de Nueva York y miembro honorario del King’s College de la Universidad de Oxford. Fue Presidente de la Modern Language Association hasta 1999 y doctor honoris causa por varias universidades. Recibió dos veces el Premio Trilling de la Universidad de Columbia, el Premio Bowdoin de la Universidad de Harvard y el Lionel Trilling Award en 1976, así como el Premio Wellek de la American Comparative Literature Association. 

En los años transcurridos desde su fallecimiento no se han apreciado signos de que haya disminuido su extraordinaria influencia.


MAG/18.03.2019




sábado, 2 de marzo de 2019

Michel Foucault




Paul-Michel Foucault nació el 15 de octubre de 1926 en Poitiers, en el seno de una conocida familia burguesa de provincias. Su padre era cirujano y profesor de Anatomía, nacido en Fontainebleau. Su madre, Anne Malapert, nacida en Poitou, era hija de un cirujano también y propietaria de terrenos, granjas y una propiedad en Vandeuvre-du-Poitou. Paul-Michel era el segundo de los hermanos, entre Francine y Dennys. 

La ilusión de su padre era que Paul-Michel ejerciera también su profesión, sin embargo a éste le atraía la Historia desde niño. Abandona su primer nombre, Paul, porque sus iniciales, PMF, coincidían con las del brillante político de izquierdas Pierre Mendès France.

En su juventud Michel obtuvo unos resultados desiguales en su formación: deficiente en Matemáticas y sobresaliente en Francés, Historia, Griego y Latín. En 1940, con la incorporación a su curso de alumnos que huían de París bajo el régimen nazi, sus notas caen bruscamente y su madre lo matricula en el colegio privado católico Stanislas, donde Michel destaca alcanzando el segundo puesto tras su compañero Pierre Rivière. Su madre, todavía insatisfecha, le busca un profesor particular, el todavía estudiante Louis Girard, que le introduce en una filosofía kantiana explicada superficialmente a la moda del siglo XIX. Como resultado Michel Foucault recibe el segundo premio en Filosofía.

En último curso, su profesor de Filosofía, el Padre Superior Dom Pierrot, lo cataloga entre los alumnos “para los cuales la Filosofía será siempre objeto de curiosidad” en la línea de Descartes, opuestos a los seguidores de Pascal. De estos años Foucault recuerda más los acontecimientos históricos que las vivencias familiares. Y de su Colegio retiene una odiosa atmósfera religiosa y unos cursos mal explicados.

Apoyándose en su madre, se enfrenta a su padre que le quería imponer los estudios de Medicina, profesión que al joven Foucault le horrorizaba. En septiembre de 1943 se incorpora a las Clases Preparatorias Literarias en el Liceo Henri-IV de Poitiers. Sin abandonar del todo la Historia se interesa cada vez más por la Filosofía, convirtiéndose en el principal interlocutor del profesor de esta asignatura. Sin embargo, en las pruebas de acceso a la École Normale Supérieure en 1945 queda en 101ª posición y solo pasan a examen oral los cien primeros. 

Se traslada a París y gracias a las influencias de su madre se matricula en el Liceo parisino Henri-IV en el curso 1945-46. Su madre le alquila una habitación para proteger a su hijo adolescente, frágil e inestable, que le repugna la vida en comunidad. Sus compañeros lo tildan de salvaje, enigmático y encerrado en sí mismo. Foucault trabaja intensamente ‘como un loco’. Lee a Balzac, Stendhal y Gide. Su profesor, Jean Hyppolite, gran conocedor del pensamiento hegeliano, califica a Foucault de fulgurante, genial y alumno de élite. A fin de curso Foucault pasa en Filosofía al primer puesto desde el 22º a su ingreso. Y en Historia también al nº 1 desde el 7º inicial. Finalmente en 1946 es admitido en cuarta posición en la oposición de ingreso a la École Normale Supèrieure. 

Se comporta de forma agresiva y megalómana. Sus compañeros lo detestan y poco después lo consideran medio loco. Un día sus profesores lo encuentran tendido en el suelo con el pecho lleno de rasguños producidos por una maquinilla de afeitar. Otro día persiguió a un compañero con un puñal en la mano. En 1948 es llevado al Hospital de Santa Ana, donde le atiende el psiquiatra Dr Gaillot, que descubre que la obsesión suicida de Foucault se debe al sentimiento de vergüenza que le causa su homosexualidad. Se dice a sí mismo: “si no eres como todo el mundo, eres anormal, estás enfermo”. Y sufre una depresión grave.

Se refugia en el estudio con tal intensidad que pretende estar preparado para optar a una  Agrégation de philosophie (Ayudantía en la cátedra de Filosofía) en solo tres cursos en vez de los cuatro previstos. Prepara fichas de todos los libros que ha leído y los ordena en cajas. En Filosofía lee a Platón, Kant, Hegel, Bachelard, Marx, Freud y Heidegger, quien le lleva a descubrir a Nietzsche. En Literatura descubre a Kafka, Faulkner y Jean Genet. Comienza a sentir fascinación por la Psicología y lee detenidamente la Critique des fondements de la psychologie de Politzer.

En 1948 se licencia en Filosofía por la Sorbona y al año siguiente en Psicología. Sigue los cursos de postgrado de Daniel Lagache y participa en visitas clínicas. En estas prácticas conoce a diversas personalidades, que le presenta su madre, y entre ellas a Ludwig Binswanger. Asiste también al curso de Lenguaje y de las Ciencias Humanas dictado por Maurice Merleau-Ponty, que le causará gran impacto. Conoce a Louis Althusser que pronto será su amigo. 

Muchos de sus compañeros al ingresar en la École Normale Supérieure se sienten inclinados a afiliarse al Partido Comunista Francés (PCF). Foucault no lo hace porque rehusa militar en un sindicato estudiantil. En 1950, y a instancias de Althusser, se inscribe finalmente, aunque sin participar en las actividades de su célula. Tres años más tarde, abandona el PCF al enterarse de la situación real de la Unión Soviética y en particular del Gulag en la época de Stalin.

De 1950 a 1952 Foucault examina una vez a la semana a los presos en el Centro Penitenciario de Fresnes para hacer prácticas de psicología existencialista.

En 1950 se presenta a las pruebas de ayudantía que no logra superar. El jurado le reprocha que se preocupa más de mostrar su erudición que de desarrollar el tema propuesto. Considerado como uno de los candidatos más brillantes, el fracaso de Foucault se considera un escándalo y para él motivo de una nueva tentativa de suicidio. Pronto supera la crisis y en 1951 es admitido con el nº 2 ex-aequo. Yvon Brès, que ha conseguido la primera plaza, se excusa ante Foucault reconociendo que le han hecho una injusticia. Éste presenta una queja ante el profesor Georges Canguilhem, director del Instituto de Historia de las Ciencias, sospechando que en la decisión se tomó en consideración sus opiniones sobre la sexualidad.

Con su aprobado en mano y por recomendación de Louis Althusser, Michel Foucault enseña Psicología en la École normale supérieure. Su elocuencia impresiona a Paul Veyne y a Jacques Derrida. Lleva a sus alumnos, siguiendo la tradición, a presenciar el interrogatorio y examen médico de un enfermo por el famoso psiquiatra Georges Daumezon. 

En 1952 Foucault obtiene su diploma en Psicología Patológica y se dedica a traducir al francés Le Rêve et l’existence de Ludwig Binswanger, precedido de un prólogo suyo más largo que el mismo libro. Gracias al análisis existencial de Binswanger, seguidor de Martin Heidegger, Foucault comprende mejor la opresión del saber psiquiátrico académico. Mientras trabaja como psicólogo becario en el Hospital de Santa Ana siente un cierto malestar cuya causa no descubre hasta que comienza a escribir su tesis doctoral “Historia de la locura en la época clásica” (Folie et déraison. Histoire de la folie à l'âge classique), primera obra relevante de Foucault, en la que analiza y revisa el tratamiento que se le da al concepto de la locura a lo largo de toda la historia, haciendo hincapié en la evolución del trato que se le da al enfermo.

En 1952 Foucault conoce al compositor Jean Barraqué, con quien pronto entabla una amistad que evoluciona en historia de amor terminada por el músico en 1956.

Mientras ocupa una plaza de tutor en la École Normale Supérieure, acepta un puesto de ayudante en la Universidad de Lille, donde también enseña Psicología durante los años 1953 y 1954. En este último año se inicia en la Psiquiatría Fenomenógica durante un curso en la Clínica de Roland Kuhn en Münsterlingen (Suiza) y escribe su primer libro, Maladie mentale et personnalité (Enfermedad mental y personalidad), a petición de Louis Althusser, del que pronto se retractará. 

Foucault cree que su carrera no está en la enseñanza y emprende su exilio fuera de Francia. Con esa intención, acepta un puesto de Consejero Cultural en la Universidad de Uppsala (Suecia), gracias a la ayuda de Georges Dumézil, que sería su amigo y mentor. A finales de 1958 Foucault abandona Suecia y se traslada a Varsovia, para inaugurar el Centro de Civilización Francesa que cubre el hueco dejado por el Instituto Francés, clausurado años antes. Un año más tarde la Policía del primer ministro comunista Władysław Gomułka, alarmada por los trabajos y relaciones de Foucault, exige abandone Polonia, quien regresa a Francia en 1960 para completar su tesis doctoral y, aceptando la invitación del catedrático Jules Vuillemin, ocupar un puesto de profesor de Filosofía en la Facultad de Letras de Clermont-Ferrand. Es aquí donde Foucault conoce a Daniel Defert, que será su compañero hasta el fin de sus días. 

En 1961, Foucault regresa a París y recibe finalmente su doctorado tras presentar las dos tesis requeridas en esa época. La complementaria, su ‘traducción con notas y comentarios’ de L'Anthropologie du point de vue pragmatique (La antropología desde el punto de vista pragmático) de Kant, dirigida por Jean Hyppolite, y la tesis principal, titulada Folie et déraison. Histoire de la folie à l'âge classique (Historia de la locura en la época clásica), con Georges Canguilhem y Daniel Lagache como tutores. 

En 1963 se interesa por la epistemología de la Medicina, con la publicación de Raymond Roussel, y reedita su libro publicado en 1954 Naissance de la clinique: une archéologie du regard médical (El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica), retractándose de la versión anterior.

También en 1963, Foucault entra, con Roland Barthes y Michel Deguy, en el Comité de Redacción de la Revista Critique, que dirige Jean Piel.

En 1965 se traslada a Túnez para acompañar a su compañero Defert, allí destinado para cumplir el servicio militar. Foucault consigue un puesto de profesor en la Universidad de Túnez. 

El Ministro francés de Educación Nacional, Christian Fouchet, lo nombra miembro de la Comisión de Reforma Universitaria y se habla de una promoción como Subdirector de Enseñanza Superior, que no llegó a concretarse tras una investigación sobre su vida privada.

En febrero  de 1966, Foucault participa, junto a Gilles Deleuze, en la publicación de la edición francesa de las obras completas de Friedrich Nietzsche. Y apoyándose en el concepto nietzscheniano de la ‘muerte de Dios’, publica Les Mots et les Choses (Las Palabras y las Cosas) donde teoriza sobre la ‘muerte del hombre’ consiguiendo un gran éxito. 

El entusiasmo que despertaba en esos años el estructuralismo había llegado a su clímax y Foucault, cansado de que lo etiqueten como estructuralista, pronto se incorpora a la nueva ola de investigadores y filósofos, como Jacques Derrida, Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes, dispuestos a derrocar el existencialismo encarnado por Jean-Paul Sartre. Las Ciencias Humanas alcanzan una gran efervescencia como se aprecia en las obras más importantes de Lacan, Lévi-Strauss, Benveniste, Genette, Greimas, Doubrovsky, Todorov y Barthes. publicadas en esa época.

En una de las sesiones del Seminario quincenal que Jacques Lacan celebra en la École Normale Supérieure, Foucault expone su propia visión de las Meninas de Velázquez al tiempo que invita al auditorio a leer su libro recién publicado Les Mots et les Choses, donde el pensador realiza una reflexión acerca de cómo todos los periodos históricos se distinguen por presentar una serie de condiciones fundamentales de verdad que establecen lo que es aceptable, y cómo estas condiciones evolucionan y cambian a lo largo del tiempo.

En mayo de 1968 Foucault no está en París, sino en Túnez donde la revolución de los estudiantes tunecinos le deja profunda huella. Regresa poco después a Francia consiguiendo un puesto como principal del departamento de filosofía de la recién creada universidad experimental París VIII, hervidero de revolucionarios. Al año siguiente publica L’Archéologie du savoir (La arqueología del saber) donde realiza un examen o análisis de la funcionalidad y poder de las oraciones como unidades básicas del discurso. Foucault se siente desconcertado ante la grupuscularización  en marcha y se politiza. 

Enseña durante unos meses en el Centro Universitario de Vincennes y en noviembre de 1969 es elegido, con el soporte de Jules Vuillemin, profesor de la Historia de los Sistemas de Pensamiento (título elegido por él mismo) para el Collège de France, la institución universitaria de mayor prestigio en Francia. Su lección magistral L’Ordre du discours se publicará dos años más tarde. 

También en noviembre 1969 mantiene un debate con el intelectual americano Noam Chomsky en la Escuela Técnica Superior de Eindhoven (Países Bajos). Viaja al año siguiente por primera vez a los Estados Unidos para dar una conferencia en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo.

El posicionamiento de Foucault en la extrema izquierda se agudiza vinculándose a la Izquierda Proletaria, movimiento maoísta no leninista, que es ilegalizado. Algunos de sus militantes se declaran en huelga de hambre para conseguir la condición de prisioneros políticos y Foucault funda el GIP (Grupo de Información de las Cárceles) a fin de que los presos puedan explicar sus condiciones de encarcelamiento. Consigue que en 1970 la prensa y la radio puedan entrar en las cárceles y en noviembre de 1972 crea el Comité de Acción de Presos (CAP) con Serge Livrozet, que acaba de salir de la cárcel y que escribirá el prefacio del ensayo de Foucault titulado De la prison à la révolte. Con Jean-Paul Sartre participa asimismo en las primeras manifestaciones en apoyo de los trabajadores inmigrantes. 

La reflexión profunda que Foucault acomete sobre las cárceles y las escuelas la instrumenta en un estudio de las estructuras de los micro-poderes que surgen en las sociedades occidentales en el siglo XVIII, trasladándola a su libro Surveiller et Punir (Vigilar y Castigar) que publica en 1975. A lo largo de esta obra, se realiza el análisis y reflexión del funcionamiento de las instituciones penitenciarias, con la intención de comprender la evolución que a lo largo de los años experimentan las formas en las que se castiga a los convictos.

En 1977, cuando una Comisión Parlamentaria debate la Reforma del Código Penal, Foucault, junto a Derrida y Althusser, firman una petición para que se suprimiesen los artículos relativos a la mayoría de edad sexual al objeto de despenalizar las relaciones consentidas entre adultos y menores de 15 años (edad del consentimiento sexual en Francia). Él cree que el sistema de justicia penal está reemplazando el castigo del crimen con la creación de una figura de personas peligrosas para la sociedad (independientemente de un delito real) y predice que surgirá una "sociedad de los peligros” cuando la sexualidad se convierta en una especie de "peligro errante". Subraya que esto sería posible mediante el establecimiento de un "nuevo poder médico", interesado en los beneficios del tratamiento de este "individuo peligroso”.

En el Collège de France imparte hasta 1984 cursos muy prestigiados como los de Gobernabilidad en 1978, Biopolítica en 1979 y en 1983 sobre la Libertad de Expresión (Le gouvernement de soi et des autres). Es a partir de esta época cuando Foucault, desilusionado como otros intelectuales conocidos como los Nuevos Filósofos, se va retirando de su militancia política de izquierdas y adopta posiciones más bien neo-conservadoras. 

Foucault aborda entonces su proyecto 'La Historia de la Sexualidad', en el que revisa la utilización de la sexualidad como un régimen de poder, así como el uso de los placeres sexuales a lo largo de la Historia. Lo concibe como un tratado de seis tomos de los que solo publicará tres. El primer volumen 'La Voluntad de Saber' aparece en 1976, y no aparecen hasta ocho años después el segundo y tercer volumen, titulados 'El Uso de los Placeres' y 'La Inquietud de Sí', que sorprenden a los lectores por textos básicos en latín y griego. En 2018 aparece publicado por Frédéric Gros un último tomo de esta historia de la sexualidad con el título Les Aveux de la chair.

De nuevo viaja a EE.UU. en 1977 para pronunciar conferencias en la Universidad californiana de Berkeley, con gran asistencia por parte de los alumnos. Poco más tarde realiza su segundo viaje a Japón en busca de los límites de la racionalidad occidental ya que Foucault entiende que la racionalidad japonesa no está en oposición con la occidental.

Y a finales de 1978 se traslada a Teherán poco  después de la masacre en la Plaza de Yalé, como corresponsal del Corriere della Sera. A su regreso a Francia, Foucault dedica varios artículos entusiastas a favor de la Revolución iraní, lo que desencadena una intensa polémica, acusándole de estar a favor del Ayatolá Jomeini. Foucault se defiende argumentado que él distingue la ‘espiritualidad política’ de los insurgentes del ‘gobierno ávido de sangre de un clérigo integrista’. No quiere utilizar la palabra ‘revolución’ sino que la califica de ‘insurrección’. 

A comienzos de los ’80, Foucault trata encontrar una alternativa a las ideologías socialistas aproximándose a la Segunda Izquierda francesa, definida por Michel Rocard en el Congreso Socialista de Nantes en 1977, y a la central sindical CFDT (Confédération française démocratique du travail). Los contactos establecidos por Foucault con ambas organizaciones se interpretan como una aproximación al neoliberalismo, en el que encuentra una forma de gobernabilidad menos normativa y estatalista que las de la izquierda socialista y la comunista.

Durante sus últimos años de vida Foucault fue criticado por haber cambiado de ideas y de opinión a lo largo de su vida. Él lo explicaba como un fenómeno natural producto de la experiencia y adquisición de conocimiento.

A principios de junio de 1984, Foucault es hospitalizado en París y muere el 25 del mismo mes por una infección oportunista provocada por el sida. Su compañero Daniel Defert funda AIDES, la primera asociación francesa de lucha contra el sida. Uno de los amigos de Foucault, Hervé Guibert escribe un libro titulado À l’ami qui ne m’a pas sauvé la vie (Al amigo que no me ha salvado la vida), en el que el protagonista ‘Muzil’ (Foucault) relata su enfermedad, su muerte, la destrucción de una buena parte de sus manuscritos y el rechazo a publicaciones póstumas. 

A lo largo de su vida Foucault se convirtió en un prolífico escritor. En sus inicios se centró en temas principalmente psicológicos y relacionados con la salud mental, así como en las instituciones que lo controlan, sus aportaciones más importantes y reconocidas se encuentran en el campo de las ciencias sociales y la política.

Debido a que vivió durante una época de grandes cambios y convulsión social, Foucault se mostró muy interesado en el presente al que pertenecía, reflexionando sobre los sistemas y relaciones de poder de la época. Foucault trata principalmente el tema del poder, rompiendo con las concepciones clásicas de éste término. Para él, el poder no puede ser localizado en una institución, por lo tanto la "toma de poder" planteada por los marxistas no sería posible. El poder no es considerado como algo que el individuo cede al soberano, sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad determinada. Por lo tanto, el poder, al ser relación, está en todas partes, el sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede ser considerado independientemente de ellas. Para analizar el poder, Foucault estudió el poder disciplinario y el biopoder, y los dispositivos de la locura y la sexualidad. Para ello, en lugar de un análisis histórico, realiza una genealogía, un estudio histórico que no busca un origen único y causalista, sino que se basa en el estudio de las multiplicidades y las luchas.

Finalmente, Foucault determina que el papel principal de los pensadores se encuentra dentro de la sociedad, acompañándola en la lucha contra las formas de poder que existen dentro de ella.

Michel Foucault está considerado el mayor filósofo del siglo XX. Fue el investigador más citado en 2017.

MAG/03.03.2019