domingo, 17 de marzo de 2019

Edward W. Said






Edward Wadie Said nació el 1 de noviembre de 1935, en el seno de una acaudalada familia palestina cristiana, en los alrededores de Jerusalén cuando la ciudad permanecía bajo el Mandato Británico de Palestina. Su madre, Hilda, nació en Nazaret (Imperio Otomano en la época), hija de libaneses, compartiendo su nacionalidad y su religión cristiana anglicana. Su padre Wadie (William) Ibrahim Said era palestino y un empresario de papelería en Jerusalén, que había servido en el ejército de los EE.UU. como soldado de las Fuerzas Expedicionarias estadounidenses en la Primera Guerra Mundial, circunstancia que fue premiada con la ciudadanía estadounidense para él y su familia.

Edward asistió a la Academia Anglicana de San Jorge en Jerusalén Occidental hasta los doce años. De esta experiencia escribió en su libro Between Worlds, Reflections on Exile and Other Essays (“Reflexiones sobre el exilio: ensayos literarios y culturales”) la siguiente reflexión:

“Con un apellido excepcionalmente árabe como "Saïd", ligado a un nombre británico (mi madre admiraba mucho a Edward VIII, el Príncipe de Gales en 1935, el año de mi nacimiento), fui un estudiante incómodamente anómalo durante todos mis primeros años: un palestino que va a la escuela en Egipto, con un nombre inglés, un pasaporte estadounidense y ninguna identidad en absoluto. Para empeorar las cosas, el árabe, mi lengua materna, y el inglés, el idioma de mi escuela, se mezclaban inevitablemente: nunca supe cuál era mi primer idioma y no me sentí en casa en ninguno de los dos, aunque sueño en ambos. Cada vez que pronuncio una frase en inglés, escucho mi eco repitiéndola en árabe, y viceversa”.

Tras la aprobación en noviembre de 1947 de la participación de Palestina entre árabes y judíos por las Naciones Unidas, Jerusalén Occidental fue capturada por las fuerzas israelíes y la familia Said fue expropiada de todos sus bienes, trasladándose a un campo de refugiados.

En 1949 la familia Said se exilió a El Cairo y Edward fue educado en el Victoria College de Alejandría, donde compartió aula con el futuro rey de Jordania, Hussein, y con Michael Shalboub, más conocido como Omar Sharif. Otros alumnos egipcios, sirios, jordanos y saudíes se convertirían, tras la descolonización británica, en ministros o empresarios brillantes en sus respectivos países, pero preservando su orientación cultural inglesa. 

Edward y su hermana

También en “Reflexiones sobre el exilio: ensayos literarios y culturales”, describía Said el ambiente escolar en el Victoria College:

“En el momento en que uno entraba en el Victoria College, se le entregaba el Manual del Estudiante, que regulaba todos los aspectos de la vida escolar: el uniforme que íbamos a usar, el equipo de deportes, las fechas de las vacaciones escolares, horarios de autobuses, y así sucesivamente. Pero la primera regla de la escuela, impresa en la primera página del Manual, decía: "El inglés es el idioma de la escuela; los estudiantes que sean sorprendidos hablando en cualquier otra lengua serán castigados". Como es natural no había hablantes nativos de inglés entre los alumnos. Mientras que los maestros eran todos británicos, éramos un grupo variado de árabes de diversos tipos, armenios, griegos, italianos, judíos y turcos, cada uno con un idioma materno que la escuela había prohibido explícitamente. Sin embargo, todos, o casi todos, hablábamos árabe, muchos hablaban árabe y francés, y así pudimos refugiarnos en un idioma común, desafiando lo que percibimos como una estructura colonial injusta”.

En 1951 Edward Said fue expulsado del Victoria College por mal comportamiento aunque sus resultados académicos eran excelentes. Su padre lo envió a la exclusiva Northfield Mount Hermon School de Massachusetts, donde el adolescente Said alcanzó el primer o segundo puesto entre 160  alumnos, en todas las asignaturas.

El cambio de países y de culturas en la juventud de Said quedaría reflejado en su estilo académico como intelectual políglota. Hablaba inglés y francés fluidamente, su árabe coloquial era excelente, su árabe formal muy bueno y estaba familiarizado con el español, el alemán, el italiano y el latín.

Said ingresó en la Universidad de Princeton y se licenció en Arte (B.A.) en 1957. Se trasladó a la Universidad de Harvard, donde en 1960 obtuvo una maestría (M.A.) y cuatro años más tarde se doctoró (Ph.D.) en Literatura inglesa.

Ya desde 1963 Edward Said impartió clases de Inglés y Literatura Comparada en la Universidad de Columbia. En 1966 escribe su primer libro Joseph Conrad and the Fiction of the Autobiography (“Joseph Conrad y la Ficción de la Autobiografía”) como una ampliación de su tesis doctoral. 

En 1967 Said es promovido a profesor ayudante, y dos años más tarde a profesor titular en el Departamento de Inglés y Literatura Comparada de la Universidad de Columbia, desde donde transformó la visión occidental del conflicto árabe-israelí, al mismo tiempo que abrió el camino para una nueva izquierda post-socialista en la que el proletariado era sustituido por gente no blanca como los redentores de la humanidad.

Tras la Guerra de los Seis Días, acaecida en 1967, Said se comprometió al año siguiente  con la causa palestina. Defendió los derechos de los palestinos en Israel y los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. Diez años después fue elegido miembro del Consejo Nacional Palestino [Asamblea legislativa de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en el exilio]. 

En 1974 fue profesor visitante de Literatura Comparada en la Universidad de Harvard.

En 1975 publicó Beginnings: Intention and Method (“Comienzos: Intención y Método”),  distinguiendo entre ‘origen’ que tiene un carácter divino, mítico y privilegiado de ‘comienzo’ que es secular y producido por el hombre.

De 1975 a 1976, Said fue miembro del Center for Advanced Study in Behavioral Science (“Centro de Estudios Avanzados de las Ciencias de la Conducta”) de la Universidad de Stanford. En 1977 fue nombrado catedrático el Departamento de Inglés y Literatura Comparada de la Universidad de Columbia y Profesor de Humanidades en la Old Dominion Foundation.

En 1978 publica Orientalism (“Orientalismo”), un completo estudio que documenta la idea que Occidente ha construido sobre los principios culturales e ideológicos de Oriente Próximo, desmontando la imagen tradicional que Occidente ha acuñado sobre Oriente. Para Edward W. Said, el “orientalismo” no es una inocente rama del saber que estudia la civilización y las costumbres de los pueblos orientales, sino un sistema para conocer Oriente mediante el cual Occidente ha sido capaz de dominarlo desde un punto de vista político, sociológico, militar e ideológico. 

Said indica que su concepción del conocimiento como herramienta de dominación se inspira en la noción de “discurso” o “disciplina” que Michel Foucault elaboró en obras como “La arqueología del saber” y “Vigilar y castigar”, inspirándose, a su vez, en la idea nietzscheana, elaborada en obras como “La genealogía de la moral”.

Said denuncia los "persistentes y sutiles prejuicios eurocéntricos contra los pueblos árabes-islámicos y su cultura”. Argumenta que una larga tradición de imágenes falsas y romantizadas de Asia y el Medio Oriente en la cultura occidental han servido de justificación implícita a las ambiciones coloniales e imperiales de Europa y Estados Unidos. Europa, para definirse, ha catalogado a Oriente como la contraposición de los valores e ideales europeos, aunque en realidad Oriente es un integrante de la civilización y cultura europea. 

La tesis de Orientalism concluye que el conocimiento occidental de Oriente describe las culturas del mundo oriental con las de otro mundo no-europeo, feminizado, débil e irracional, contrapuesto a la representación de las culturas occidentales como racionales, fuertes y de gobierno masculino. Tal binomio artificial provoca una necesidad psicológica europea de crear una diferencia de desigualdad entre el Este y el Oeste, a partir de las esencias culturales inmutables innatas a los pueblos del mundo oriental.

En 1979 Said dicta cursos de Humanidades como profesor visitante en la Universidad de John Hopkins. También enseñó en la Universidad de Yale y dio conferencias en más de 200 universidades de Norteamérica, Europa y Oriente Medio. Aparte de su labor docente, son numerosas sus colaboraciones en periódicos y revistas de muchos países, como The Guardian, Le Monde Diplomatique, Zmag Italy, REDS, Il Manifesto y La Repubblica. Escribía en árabe una columna quincenal en Al Ahram y Al Hayat. Formó parte del consejo editorial de veinte rotativos. Fue el editor del Arab Studies Quarterly de la American Academy of Arts and Sciences y de la colección de libros Convergences, editada por Harvard University Press. Era también miembro del Comité Ejecutivo de International PEN.

También en 1979 escribió su primera obra relacionada con el conflicto árabe-israelí, The Question of Palestine (“La cuestión de Palestina”), en ella Said rechaza el uso de la violencia y se pronunciaba por aceptar la existencia de Israel. También en 1979 publicó el ensayo "Zionism from the Standpoint of its Victims" (“El Sionismo desde le Punto de Vista de las Víctimas”), en el que argumenta a favor de la legitimidad política y autenticidad filosófica de las reclamaciones sionistas y del derecho a una patria judía, al mismo tiempo que defiende el derecho ineludible de una autodeterminación nacional del pueblo palestino.

En sus escritos de 1980, Said anticipó una eventual política de agresión por parte de los Estados Unidos en el Medio Oriente. Debido a su activismo pro-palestino, fue acusado por sectores pro-israelíes de línea dura, de antisemita, tras lo cual fue objeto de ataques por parte de los sectores más radicales de Israel, así como por el oficialismo palestino. En algún momento le dejaron una bomba en su oficina, y en otro trataron de despojarlo de su trabajo de académico universitario. 

En 1992 publicó Culture and Imperialism (“Cultura e imperialismo”), donde expandió y generalizó las ideas planteadas en “Orientalismo". En “Cultura e imperialismo” Said propone una solución metodológica partiendo de una identidad bicultural y móvil, alejada de todo estereotipo, que en la perspectiva de un intelectual crítico interactúa y se pasea por Occidente y Oriente sin complejos de culpa ni de superioridad. En el mismo año de 1992, Said fue nombrado miembro del Foro de Sabios de la UNESCO.

En 1993 Said rompe con Arafat en desacuerdo por la firma de los Acuerdos de Oslo pues Said los consideraba un fraude, y hacía notar que no se mencionaba el fin de la ocupación israelí, ni el destino de Jerusalén, ni se proponía una solución a los asentamientos israelíes. Como represalia por sus críticas, en 1995 la Autoridad Palestina prohibe la venta de los libros de Said, que volverían a ser autorizados cuando Said alaba la postura de Arafat al rechazar las ofertas presentadas por el primer ministro israelí Ehid Barak en la Cumbre de Camp David.

También en 1993, Said presentó en las Reith Lectures de la BBC una serie de seis conferencias tituladas  Representation of the Intellectual, en las que examinó el papel de la intelectualidad pública en la sociedad contemporánea.

Además de su gran amor por la literatura y su inagotable interés por la política, Edward Said era un inveterado devoto de la ópera y la música clásica, un eximio pianista, capaz de tocar Schubert  a cuatro manos con su amigo el músico Daniel Barenboim, y crítico de ópera para la Revista The Nation. Escribió tres libros sobre música: Elaboraciones musicales: ensayos sobre música clásicaParalelismos y paradojas: reflexiones sobre música y sociedad (conjuntamente con Daniel Barenboim), y su último libro, On Late Style: Music and Literature Against the Grain. Said veía a menudo en la música un reflejo de sus ideas sobre literatura e historia. Una colección póstuma de sus ensayos fue editada en 2007 en Estados Unidos y en 2011 en España, con el título Música al límite.

En 1999, Edward W. Said y Daniel Barenboim fundaron la Orquesta Sinfónica Diván Este-Oeste, una iniciativa para reunir cada verano a un grupo de jóvenes músicos, con talento, de Israel y de los países árabes. En 2002 ambos establecieron también la Fundación Barenboim–Said con sede en Sevilla con la misión de educar a través de proyectos musicales como el proyecto de Educación Musical en Palestina y el proyecto Educación Musical para la primera infancia. Asimismo la Fundación colabora en la gestión de la Academia de Estudios Orquestales.

Otra faceta de Edward Said se encuentra en su amor por su ciudad, Nueva York, de la que dice “ha desempeñado un importante papel en el tipo de crítica e interpretación que yo he hecho”. Cortés y sutil, Said es en muchos sentidos la quintaesencia del neoyorquino. Refleja la incansable energía y diversidad de la ciudad y abre su casa del Upper West Side a escritores y músicos de todo el mundo.

En 2002 Said recibió el premio Príncipe de Asturias, y en su discurso de aceptación dijo: "Como norteamericano que lleva una vida de privilegio y estudio en la Universidad de Columbia, donde he tenido una suerte enorme en mi vida como profesor, llegué a comprender muy pronto que tenía que elegir entre olvidarme de mi pasado y de los muchos familiares que se convirtieron en refugiados sin hogar en 1948, o dedicarme a paliar los efectos de los traumas producidos por el sufrimiento y el despojo, escribiendo, hablando y dando testimonio de la tragedia de Palestina. Me enorgullece decir que escogí este último camino y, con él la causa de una política estadounidense no militarista y no imperialista. Siempre he creído en la superioridad del argumento racional sobre la lucha armada, en la franqueza y en la honestidad empleadas en pro no de la exclusión sino de la convivencia y la inclusión”.

En 2002, Said fue cofundador, junto con Haidar Abdel Shafi, Ibrahim Dakak y Mustafá Barghouti, del partido y movimiento social Palestinian National Initiative (Al Mubadara), un intento de crear una tercera fuerza política palestina que pudiera ser una alternativa democrática y reformista a Fathá y a Hamás. 

El 24 de septiembre de 2003 Eduard W. Said, tras doce años de padecer leucemia linfática crónica, falleció a la edad de 67 años en Nueva York. 

Fue miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias,  de la de Artes y Letras, de la  Royal Society of Literature, de la American Philosophical Society y del Council of Foreign Relations de Nueva York y miembro honorario del King’s College de la Universidad de Oxford. Fue Presidente de la Modern Language Association hasta 1999 y doctor honoris causa por varias universidades. Recibió dos veces el Premio Trilling de la Universidad de Columbia, el Premio Bowdoin de la Universidad de Harvard y el Lionel Trilling Award en 1976, así como el Premio Wellek de la American Comparative Literature Association. 

En los años transcurridos desde su fallecimiento no se han apreciado signos de que haya disminuido su extraordinaria influencia.


MAG/18.03.2019




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