domingo, 31 de marzo de 2019

Susan Sontag






Susan Sontag nació el 16 de enero de 1933 en la ciudad de Nueva York, hija de Jack y Mildred (Jacobson) Rosenblatt, ambos judíos de procedencia estonia y polaca, respectivamente. Susan era la mayor de dos hermanas, que en su primera infancia vivieron en Long Island (Nueva York) con sus abuelos, mientras sus padres tenían un negocio de exportación de pieles en China. Cuando Susan tenía cinco años, su padre murió de tuberculosis y su madre regresó a Nueva York. Un año más tarde, madre e hijas trasladaron su residencia primero a Miami, poco después a Tucson (Estado de Arizona) y finalmente a San Fernando Valley al sur de California, en busca de un clima más templado y un aire más limpio para frenar el principio de asma de las niñas Susan y Judith. En 1946 Mildred Rosenblatt se casó Nathan Sontag, capitán del ejército estadounidense. Aunque Susan no fue adoptada por éste, cambió su apellido al de su padrastro. 

En casa no se practicaba el judaísmo y Susan no entró en una sinagoga hasta mediados sus veinte años. Su adolescencia fue solitaria y precoz. Se refugió en los libros. Estudió en el Instituto de North Hollywood, donde se distinguía por su autoconfianza y estilo propio. Se graduó a la edad de 15 años y comenzó su preparación preuniversitaria durante un semestre en la Universidad de California en Berkeley. 

Por su brillante expediente académico, fue admitida en la Universidad de Chicago, a la edad de 16 años. Se matriculó en Filosofía, Historia Antigua y Literatura. Gracias a su don para cultivar a los hombre influyentes con poder intelectual, estableció sólidas relaciones con sus profesores, entre ellos Joseph Schwab, Christian Mackauer, Richard McKeon, Peter von Blanckenhagen, Kenneth Burke y el filósofo político Leo Strauss, padre intelectual del Neoconservadurismo. En un Seminario de verano impartido por el sociólogo Hans Heinrich Gerth, Susan Sontag se hizo amiga de él y del pensamiento alemán. 

Como alumna de segundo año, Susan Sontag entró un día en un aula donde estaba explicando Kafka, Philip Rieff, escritor y profesor de Sociología. Al final de la clase preguntó por su nombre y, tras un noviazgo de diez días, se casaron cuando ella tenía 17 años. Su hijo, David, que sería escritor y editor de las obras de su madre, nació al año siguiente. El matrimonio de Philip y Susan duró ocho años. 

A la edad de 18 años Susan Sontag consiguió su Licenciatura en Letras, fue elegida para formar parte de la Sociedad de excelencia universitaria Phi Beta Kappa y publicó por primera vez en la edición de invierno de la Chicago Review. 

Su primer trabajo con el título bajo el brazo lo fue como profesora de Inglés de los estudiantes de primer año en la Universidad de Connecticut durante el curso 1952-53. En el curso siguiente se matriculó en la Universidad de Harvard para estudiar inicialmente Literatura con Perry Miller y Harry Levin, para pasar a continuación a las clases de Filosofía y Teología impartidas por Paul Tillich, -que sería su mentor-, Jacob Taubes, Raphael Demos y Morton White. Tras conseguir un Máster en Filosofía, comenzó sus estudios de doctorado sobre Metafísica, Ética, Teología, Filosofía griega y Filosofía de los siglos XIX y XX en Europa.

Durante el año 1955 el filósofo Herbert Marcuse vivió con Sontag y Rieff mientras trabajaba en su libro Eros and Civilization. En esa época Susan Sontag colaboraba con su marido en el ensayo Freud: The Mind of Moralist (“Freud. La mente de un moralista”), que se publicaría como libro en 1958. 

En 1957 la American Association of University Women concedió a Susan Sontag una beca para estudiar un año en el St Anne’s College de la Universidad de Oxford, a donde se desplazó sin su marido ni su hijo. Ella tuvo como profesores a Iris Murdoch, Stuart Hampshire, A. J. Ayer y H.L.A. Hart y a J.L. Austin y Isaiah Berlin en los seminarios de de Filosofía. No se sentía cómoda en Oxford y, tras las vacaciones de San Miguel, trasladó la matrícula a la Universidad de la Sorbona, residiendo en el Barrio Latino donde coincidió con la comunidad de expatriados estadounidenses integrada en torno a la Paris Review.

En París conoce a la escritora y modelo americana Harriet Sohmers Zweling con quien mantiene una relación amorosa tormentosa y poco después inicia un affaire de siete años de duración con la dramaturga cubana-estadounidense María Irene Forbés, con quien regresaría a Nueva York.

Durante su estancia en París Susan Sontag fue presentada a Robert Silvers, y éste le proporcionó una formidable plataforma cuando en 1963 se lanzó la New York Review of Books. Sontag se interesó también por conocer la cinematografía, la filosofía y los escritores franceses. Susan Sontag declaraba que su tiempo en París había sido probablemente la etapa más importante de su vida. Fue la base de su larga asociación intelectual y artística con la cultura francesa. Participó como extra en la película Le Bel Âge a las órdenes de Pierre Kast.

A su regreso a los EE.UU. en 1958, y cuando Philip Rieff la fue a recoger al aeropuerto, Susan Sontag le pidió el divorcio y al niño que había estado viviendo, en su ausencia, con sus abuelos paternos. Ella no aceptó la pensión alimenticia que le ofreció Rieff y alquiló un pequeño apartamento; dio clases de Filosofía en el Sarah Lawrence College y en la Universidad pública de la Ciudad de Nueva York, y de Filosofía de la Religión en el Departamento de Religión de la Universidad de Columbia; se empleó como editorialista en la revista neoyorquina Commentary; y se dedicó a escribir sin reposo. A la edad de 30 años, publicó su primera novela experimental The Benefactor (“El Benefactor”) en el estilo nouveau roman. 

En el curso 1964-65 disfrutó de una beca como escritora en la Rutgers University, última actividad académica antes de trabajar exclusivamente como escritora free-lance. La fama y notoriedad le llegaron de sus ensayos. Escribía frecuentemente sobre la intersección entre el arte alto y el bajo ampliando el concepto de esa dicotomía entre forma y arte a cualquier otro medio. En 1964 apareció su ensayo “Notes on Camp’”, en el que aceptaba dentro del arte a temas comunes, absurdos y burlescos. Fue muy bien recibido por el público lo que elevó sin duda el reconocimiento de la autora.

El momento histórico no podía ser más propicio: la intelligentsia estadounidense ya había comprendido la importancia cultural de los años sesenta; los lectores buscaban afanosamente firmas capaces de interpretar lo que estaba ocurriendo. Sontag fue una de las voces más autorizadas, pues exploraba la distancia que hay entre la realidad humana, cultural, artística y nuestra interpretación de esa realidad. 

Susan Sontag fue bien acogida por la alta sociedad neoyorquina bajo la protección del empresario Roger Strauss, socio principal de los editores Farrar, Straus & Giroux. Aparecían con regularidad artículos suyos en los diarios de mayor prestigio. La era de la Radical Chic (“Izquierda exquisita”) había llegado y Sontag, seria, maravillosa, caminando por la vida intelectual de Nueva York era su más sorprendente adorno. En un simposio de la Partisan Review celebrado en 1965, Susan Sontag declaró que “Mozart, Pascal, el álgebra de Boole, Shakespeare, el parlamentarismo, les iglesias barrocas, Newton, la emancipación de las mujeres, Kant, los ballets de Balanchine, etc., no son suficientes para absolver lo que esta civilización particular ha inflingido al mundo. La raza blanca es el cáncer de la Historia de la Humanidad, pues sus ideologías e inventos erradican las civilizaciones autónomas quebrando el equilibrio ecológico del planeta y amenazando ahora su propia existencia”.

En 1967 apareció The Death Kit y al año siguiente, Trip To Hanoi (“Viaje a Hanoi”), como informe de su vista a Hanoi, indignada por el papel que los EE.UU. desempeñaban en Vietnam. Susan Sontag se convirtió en un modelo para muchas feministas y escritoras. Años más tarde, en 1994, Sontag se aparta del American women's movement provocando una crítica feroz de la conocida feminista del post-feminismo, Camille Paglia.

En 1968 publica un primer libro de ensayos con el título Against Interpretation (“Contra la interpretación”), que se convirtió inmediatamente en una de las banderas de su generación. Es una oposición radical a la búsqueda de significados en la obra de arte, y la defensa de la intuición como medio para acercarse a la experiencia del fenómeno artístico. Con él, Sontag adquirió una reputación de intelectual independiente y al mismo tiempo se reveló como una mujer capaz de reinterpretar la vida americana a la luz de las culturas clásicas europeas.

En un segundo libro de ensayos, Styles of Radical Will (“Estilos radicales”), aparecido en 1969, Sontag renovó el ensayo sofisticado y cosmopolita y lo transformó en un instrumento capaz de indagar en las drogas y en la pornografía, en la política y en la literatura occidental. 

Admiradora de Ingmar Bergman, Sontag se estrena a principios de los 70 como guionista y directora de cine. Sus películas Duet for Cannibals (“Duelo de caníbales”) (1969) y Brother Carl (“Hermano Carl”) (1971) fueron realizadas en Suecia. Después visitó Israel, donde rodó Promised Lands (“Tierras prometidas”) (1973), un documental sobre las tropas israelíes en los Altos del Golán.

En uno de sus viajes a París Susan Sontag conoce y se enamora de la artista y realizadora francesa Nicole Stéphane, con quien convivirá hasta mediados de los años 70. En esa etapa, a Susan le detectan un cáncer de mama, del que sana tras un duro tratamiento en compañía de Nicole.

Sontag traslada al papel su dura experiencia en un libro titulado Illness as Metaphor (“La enfermedad y sus metáforas”). Diez años más tarde, el ensayo fue ampliado con AIDS and its Metaphors (“El sida y sus metáforas”). Ambos textos examinan la forma en que los mitos de ciertas enfermedades como el cáncer o el sida crean actitudes sociales que pueden resultar más dañinas para el paciente que las enfermedades mismas.

A principios de los ‘70, Sontag empezó a escribir una serie de ensayos sobre fotografía que se publicaron en la New York Review of Books. Describía la exploración de los fotógrafos viajeros o turistas como coleccionistas del mundo bajo su propia percepción. En vacaciones, apaciguan su ansiedad con una imitación amistosa del trabajo, utilizando una cámara fotográfica, en la creencia de que es diversión. Consecuentemente se crea una abundancia de material visual que altera la ética de lo que debe verse, pues las imágenes sustituyen las experiencias directas y limitan la realidad. 

A Sontag la tenían atenazada los problemas estéticos o de interpretación de imágenes. Cuanto más exploraba, más dudas le asaltaban sobre lo que parecía proporcionaba una fotografía: un trozo de verdad, un pedazo de realidad. En un gesto de inmensa seguridad en sí misma, su libro On Photography (“Sobre la fotografía”), que apareció en 1977, no contenía foto alguna como muestra o ilustración. La escritora reivindicaba la potencia y la autoridad de la palabra escrita.

La voracidad intelectual de Susan Sontag iba pareja a sus necesidades emocionales. Le atormentaba que ninguna de sus relaciones hubiese durado. Detestaba la soledad y viajaba constantemente como ‘antídoto contra la depresión’. A finales de los 70, Susan Sontag es pareja de Lucinda Childs, destacada bailarina contemporánea.

En enero de 1976 Susan Sontag conoce, a través de sus editores comunes, Farrar, Straus & Giroux,  a Joseph Brodsky, poeta disidente ruso de origen judío, que en 1987 recibiría el Premio Nobel de Literatura. Con Brodsky, Sontag desarrolló una de sus principales y más enriquecedoras relaciones de entonces. Quizás, como ella confesaba, porque constituyó la única relación sentimental entre iguales. 

En 1978 recibe el National Book Critics Circle Award por su libro “Sobre la fotografía”

A finales de los años 80, Sontag conoce a la famosa retratista fotográfica, Annie Leibovitz, con quien  entabla una relación sentimental hasta el fin de sus días.

Ideológicamente posicionada a la izquierda, seguidora de Roland Barthes, post-estructuralista y semiólogo francés, se manifiesta contra la guerra de Vietnam y más tarde contra la guerra de Irak y la tortura practicado por el ejército estadounidense en la cárcel de Abu Ghraib.

Sin embargo, en 1982 durante un mitin a favor de la Solidaridad en Nueva York, Sontag declaró que "las personas de la izquierda", como ella, "han dicho muchas mentiras de forma voluntaria o involuntaria, han aplicado un doble estándar para el lenguaje angélico del comunismo. El comunismo, añadió, es el fascismo exitoso, por así decirlo. No solo el fascismo (y la dictadura militar) es el destino probable de todas las sociedades comunistas, especialmente cuando sus poblaciones se rebelan, sino que el comunismo es un fascismo con rostro humano”.

Las reacciones a esta declaración de Sontag no se hicieron esperar. Unos confesaron que esos sentimientos ya eran compartidos por los izquierdistas en los últimos años. Otros la acusaron de traicionar sus ideas radicales.

En 1983 testimonia en el documental “Mala Conducta” a favor de los exiliados cubanos, describiendo las prácticas del régimen castrista contra los calificados de antisociales. Su historia corta sobre la epidemia del sida, The Way We Live Now, se publicó con gran éxito en noviembre de 1986 en The New Yorker. 

Si bien sus mejores obras son ensayos sobre la política, la ética, la estética, y la crítica del imperialismo de los EE.UU., Sontag se consideraba principalmente una novelista y escritora de ficción. Muestra de su calidad como novelista son The Volcano Lover (“El amante del volcán”)  una deliciosa historia novelada de la aventura de Lady Hamilton e In America (“En América”), relato de la vida de la actriz polaca Helena Modjeska, premiado con el U.S. National Book Award for Fiction, aunque doce de sus pasajes fueron considerados por Ellen Lee como plagiados.

Durante 1989 Susan Sontag presidió el PEN American Center, la rama principal de la organización de escritores International PEN. Se posicionó contra la fatwa de muerte declarada el 14 de febrero de ese año contra el escritor Salman Rushdie por el ayatolá Jomeini, lo que resultó crucial para el compromiso de apoyo de los escritores estadounidenses en favor del autor de ‘Los Versos Satánicos’.

En 1990 es nombrada miembro de la MacArthur Foundation, distinción concedida a “gente creativa, instituciones efectivas y redes con influencia que construyan un mundo más justo, más verde y pacífico”.

Por invitación de su hijo, David Rieff, corresponsal durante la Guerra de los Balcanes, Susan Sontag visitó Sarajevo en 1992 y organizó la representación,, de ‘Esperando a Godot’ de Samuel Beckett con actores bosnios en un teatro iluminado con candilejas bajo los bombardeos. En el día del estreno, el alcalde de la ciudad la nombró ciudadana de honor por su valentía en viajar, vivir y trabajar en Sarajevo en esas peligrosas circunstancias.

También en 1992 recibe el Premio Malaparte, reconocimiento literario italiano a personalidades internacionales. Y en 1999 es nombrada miembro de la Orden francesa de las Artes y las Letras.

Susan Sontag recibió el muy prestigioso premio literario National Book Award 2000, en reconocimiento a sus publicaciones destacadas en dicho año. Y al año siguiente la Feria Internacional de Libro de Israel le otorga el Jerusalem Prize for the Freedom of the Individual in Society.

En el número de The New Yorker del 24 de septiembre de 2001, Sontag comentó que los ataques del 11 de septiembre constituían una dosis de realidad y criticaba a las autoridades de los EE.UU. por tratar de convencer a la ciudadanía de que todo estaba bien. Se oponía a que se calificase de actos terroristas lo que, a su juicio, era un ataque a la autoproclamada superpotencia mundial, por determinados acciones y alianzas llevados acabo por los estadounidenses.

En 2002 publica Regarding the Pain of Others (“Ante el dolor de los demás”), un breve ensayo que une dos de sus obsesiones: las imágenes y la guerra. El libro defiende el derecho de los hombres a cerrar los ojos ante las imágenes de violencia que los asedian todos los días. 

En 2003 Susan Sontag compartió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras con la marroquí Fatima Mernissi, fue galardonada con el Premio de la Paz que otorgan los libreros alemanes y recibió un doctorado honoris causa por la Universidad de Tubinga (Baden-Wurtemberg). 

Susan Sontag falleció en el hospital Sloane Kettering de la ciudad de Nueva York el 28 de diciembre de 2004, a la edad de 71 años, por complicaciones de síndrome mielodisplásico que derivaron en leucemia mieloide aguda. El origen de la leucemia fue probablemente la radioterapia recibida tres décadas antes, para la curación del cáncer de mama que sufrió cuando tenía 43 años. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Montparnasse de París.

MAG/31.03.2019


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